La nueva directiva sobre energía renovable propone como objetivo vinculante para la UE al menos un 27 % de energía renovable de aquí a 2030. Muchos de los cambios que conllevará esta transición se notarán en ciudades y municipios. Es necesario un ecosistema para la promoción y el impulso de la transición energética y la energía geotérmica en las comunidades locales del Espacio Atlántico: cooperación entre actores; concienciación social; capacitación de los consumidores; promoción económica; efecto demostrador.
En combinación con las tecnologías, las fuentes renovables pueden suplir la demanda de calor y frío, que es la mitad de la demanda de energía final en Europa. Y todavía queda más por avanzar en producción de energía.
“Se precisa un medio económico y político adecuado, para avanzar en investigación, innovación, explorar, diseñar, financiar, construir y poner en marcha instalaciones de energía geotérmica” (EGEC 2015).
Sólo una parte del potencial de la energía geotérmica está explotándose. Aumentar su uso y fortalecer la
industria geotérmica permitirá una reducción sustancial de las emisiones de CO2.
La geotermia es una fuente local de energía, que produce electricidad y calor para ciudades y comunidades rurales o para usos como la agricultura. Posibilita un enfoque descentralizado, da poder al consumidor y hace la elección de modelo energético más democrático.
En los territorios participantes todavía no se han impulsado proyectos de este tipo o están en estudio, por lo que la red de socios actuará como catalizador de soluciones innovadoras para el suministro de energía local en base a recursos endógenos renovables y que permiten reducir el impacto en producción de CO2.